En la
mitología griega Calcíope era una princesa de la
Cólquida (actual
Georgia), hija del rey
Eetes y de la
ninfa Asterodia y esposa de Frixo.
Ino, la segunda esposa de Atamante, odiaba a Frixo y Hele, hijos del primer matrimonio de su marido. Para deshacerse de ellos prendió fuego bajo el suelo de los graneros, de forma tal que el grano se tostó y no pudo ser apto para el cultivo del año siguiente. Los campesinos, temiendo una gran hambruna, consultaron al oráculo más cercano. Éste, que había sido sobornado por Ino, les indicó que para evitar el hambre debían sacrificar a Frixo y a Hele. Pero justo cuando se disponían a hacerlo un cordero dorado enviado por Néfele (la madre natural de los muchachos) los rescató y se los llevó volando por los aires. Hele, entusiasmada por la sensación de volar, dejó de agarrarse a la piel del vellocino y cayó al mar, denominado
Helesponto en su honor. El cordero consiguió, pues, llevar únicamente a Frixo hasta la Cólquida, donde le recibió el rey Eetes con grandes honores y le dio a su hija Calcíope como esposa. En agradecimiento, Frixo sacrificó el cordero a los dioses y entregó su vellocino de oro al rey Eetes, que lo ató a un árbol sagrado.